La frustración en la maternidad

Una de las cosas que encuentro frecuentemente en mis clientes que son mamas, es el alto nivel de frustración con el que llegan a terapia. Y tratando de mencionar alguna constante de todos los casos, sería la frustración que sienten al no reconocerse a ellas mismas. Me atrevería a decir que eso es algo que nos une a las mamas en todos lados: prácticamente nos desestructuramos para reconstruir a esa nueva persona que va a hacerse cargo de un bebe, que está aprendiendo día con día como sobrellevar las nuevas responsabilidades, a dejar a un lado las cosas que nos gustaba hacer, el cuerpo que según nosotras conocíamos perfectamente ha cambiado y no vuelve a ser el mismo. Todo esto al mismo tiempo con la imposición de la sociedad de como deberíamos llevar la maternidad, ese afán de romantizarla provocando que tengamos mayor culpa de la que ya tenemos. Por supuesto que la frustración tiene varias aristas, pero en la mayoría de los casos cuando una se vuelve mama se intensifica o se manifiesta. ¿Y qué hacer en estos momentos? ¿Qué hacer para volver a reconocernos? ¿Qué hacer para sentir que tenemos el control nuevamente?

Pues exactamente eso, empezar a tener el control de nosotras nuevamente, pero ya no idealizar que regresaremos a como éramos antes de ser mamas, si no cambiar el enfoque, ahora tendremos el control de nuestro nuevo yo, con aspectos que eran nuestros y con los nuevos. Pero como todo, hay que empezar poco a poco, ponerse metas cortas. Porque al final los hijos nos demandan tiempo, así que no podemos reconstruirnos de la noche a la mañana.

Y me refiero a cosas tan básicas como volver a hacer deporte, volver ir al cine, empezar a leer nuevamente, empezar a trabajar, etc. Todos esos aspectos que son parte de nosotras, pero lo dejamos durmiendo mientras nos ocupábamos de los hijos.

Y lo que le reitero a mis clientas y se los comparto, pidan ayuda a su red de apoyo, amigos, pareja, familia, aunque la familia este lejos siempre es bienvenida la buena vibra. Y lo más importante, cuidar nuestra salud mental, hay una regla sencilla para esto: lo que te hace bien hazlo (sin afectar a los demás pospuesto), por un día que los niños coman una cena sencilla o fast food no pasa nada, por un día que no lleguen a tiempo a la escuela, no pasa nada, por un día que no vayan al parque y mejor se queden a ver Netflix, de verdad…no pasa nada. No ponernos más presión es también una forma de cuidar nuestra Salud Mental. Siguiendo estos sencillos pasos es un inicio para que toda esa frustración se vaya disipando. Y si crees que es demasiado, siempre es válido acudir con un experto en Salud Mental, recuerda, no estás sola.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

0
    0
    Your Cart
    Your cart is emptyReturn to Shop
    Scroll al inicio